El ladrillo de vidrio entra en la élite de aquellos materiales que se convierten en protagonistas de la más significativas obras de la arquitectura.
Como el palacio Hermes, en el barrio de Ginza, en el corazón de Tokio. Monolito trasparente, el palacio está construido con un ladrillo de vidrio absolutamente innovador, nacido de la colaboración con uno de los más ilustres arquitectos del nuestro tiempo, Renzo Piano: el bloque más grande del mundo, Q42.
Para completar las esquinas del edificio, nace Curvo 24, bloque con una cara interna lineal combinada con la cara externa curvilínea. El reciente Q33 vuelve a proponer en escala reducida el fuerte impacto estético de masa y volumen del vidrio escenográficamente producido con el Q42.
Ginza deriva de Gin, "plata" en japonés. Y es justo de los reflejos plateados de la inédita y exclusiva metalización del perfil lateral de donde provienen la ligereza y el brillo de los ladrillos de vidrio Q42, Curvo 24 y el Q33.
Ladrillos de vidrio de gran formato, ideales tanto para exteriores y grandes fachadas como para elegantes soluciones de decoración de interiores.
Gracias a las típicas "alas" con una profundidad de 25 mm, tanto los "grandes" ladrillos Ginza, como los módulos de dimensiones standard 19x19 Pegasus, pueden ser instalados con una junta mínima, que esconda totalmente las estructuras portante. Nacen de este modo paredes todas de vidrio, en las que "masa de vidrio" se convierte en la protagonista por su total y perfecta transparencia.